Después de ver la serie de Esta mierda me Supera, parece que The End of the F***ing World me estaba llamando a verla mucho más que en los meses anteriores en los que no habÃa conseguido entrar entre mis prioridades.
Ambas series tienen en común a su creador, Jonathan Entwistle, estar producidas por Netflix, sÃ, estar de nuevo basada en un cómic y tener como protagonistas a unos jóvenes de instituto poco integrados, aunque las temáticas y la acción de una y otra vayan por distintos derroteros.
Y por acabar las comparaciones entre ambas series y centrarme en la que nos toca, decir que en Esta mierda me Supera, la acción ha quedado colgada y supeditada a la segunda temporada, no ha pasado nada, como quien dice y solo ha sido una introducción. Esto no me ha gustado demasiado, pero en The End of the F***ing World esto no sucede.
En este caso la historia de la primera temporada se cierra de forma correcta. Se atan los cabos, a pesar de dejar la acción abierta a una segunda tempora (que, spoiler, ya estoy acabando de ver también) que transcurre 2 años después, pero el punto de cierre está elegido para cerrar todo lo que pasa con los protagonistas hasta ese punto, en el que cierran una historia de su vida. Pero volvamos al principio.
La historia comienza con James (Alex Lawther visto en un episodio de Black Mirror), un joven friki de instituto, al que su propio padre califica de rarito pero buena persona. Realmente no lo es tanto y él mismo se consideran un psicópata. Sus matanzas se han limitado a animales que caza por el campo, pero está planeando matar a una persona.
Al instituto ha llegado una nueva alumna, Alyssa (Jessica Barden, acaba en ene, no en eme), borde, descarada y maleducada y por esas extrañas coincidencias, les basta cruzarse una frase para congeniar. A ella parece gustarle a pesar de sus rarezas porque es alguien diferente a los cabezas huecas que la rodean. A él se le ha aparecido la vÃctima perfecta y se pasará los primeros episodios de la serie programando como la va a asesinar.
Pero hartos de sus familias, la primera decisión importante que toman es robar el coche del padre de él y lanzarse a la aventura, con intenciones de huir de todo lo que les rodea y buscar al padre de Alyssa, que puede ser el único «guay» según ella recuerda, ya que la abandonó cuando era pequeña, años atrás.
En ese momento se convierten en una especie de Bonnie and Clyde y tras destrozar el coche y cometer varios delitos acaban siendo buscados por la policÃa. Cada delito lleva a otro más gordo y sus andanzas, carentes de un plan, se van liando cada vez más mientras la trama va subiendo de tono.
Me gusta el estilo que se le da a la serie porque a pesar de que los protagonistas son incapaces de relacionarse con las personas que les rodean de forma normal, intentan hacer cosas normales que acaban en dramas esperpénticos, como echar gasolina, comer en un restaurante, hacer autostop…
Las actuaciones están en ese aspecto, establecidas en 3 capas. Por un lado los 2 protagonistas que van a su rollo y socialmente están desquiciados. Sus familias son desestructuradas, atÃpicas y la verdadera causa de que ellos sean como son. Sin embargo la gente que les rodea en muchos casos es normal, aunque la presencia de los 2 protagonistas los vuelve recelosos, los hace actuar de forma extraña y es por eso que las cosas en cada momento acaban como acaban. Vemos un personaje normal que en minutos influenciado por los protagonistas se transforma, y eso mantiene el interés y la gracia todo el rato.
En breve os hablaremos de la segunda temporada, que se estrenó ya hace unos meses y que ha tenido el mismo éxito que la primera.