The mechanic (Simon West 2011)

Película: The mechanic.
Dirección: Simon West.
País: USA. Año: 2011.
Género: Acción, thriller.
Interpretación: Jason Statham (Arthur), Donald Sutherland (Harry), Ben Foster (Steve), Tony Goldwyn (Dean), Mini Anden (Sara). Guión: Richard Wenk y Lewis John Carlino. Producción: René Besson, Robert Chartoff, William Chartoff, Rob Cowan, Marcy Drogin, Avi Lerner, John Thompson, David Winkler e Irwin Winkler.
Música: Mark Isham.
Fotografía: Eric Schmidt. Montaje: T.G. Herrington y Todd E. Miller. Diseño de producción: Richard Lassalle.
Vestuario: Christopher Lawrence.

Jason Statham se ha convertido a esta alturas en una caricatura de sí mismo. Si has visto la saga Transporter, Death Race, o Crank, casi todo lo que ha hecho después parecen las mismas descafeinadas variantes sobre lo mismo. En esta ocasión da vida, esto es un decir, a un mecánico, entendiendo esto por alguien que soluciona o arregla los problemas. En otros términos y para entendernos, apuntar que se trata de un asesino profesional. Uno de los mejores, porque sus trabajos rozan la perfección de tal manera, que muchas veces sus crímenes no parecen tales y se confunden con muertes accidentales.

Tras cepillarse a un narcotraficante en su piscina a lo grande. Recibe el encargo de matar a uno de los suyos, pues según parece se la ha jugado. A pesar de que es más listo que nadie y se las sabe todas, igualmente se la meterán doblada, y tras cometer su encargo descubrirá que le han tomado el pelo, esto en sentido metafórico.

Resulta que el difunto tiene un hijo, un joven sin oficio ni beneficio, el cual sospecha que ha sido el mecánico el que se lo ha cargado, pero le pide a este a modo de favor que le instruya, que le forme, algo parecido a aquello del Pequeño Saltamontes, pero en versión moderna, lo que supone que de la noche a la mañana nuestro joven sabe disparar y aporrear como un profesional. Si bien en la práctica es un perfecto desastre.

A su vez vemos como el mecánico va a un local, donde poco después acaba acostándose con una bella mujer (que no es otra que la supermodelo sueca Mini Anden). Y de paso nos ofrecen unos cuantos retozamientos en la cama, con la «actriz sueca» en paños menores. Algo que dicho sea de paso está metido ahí con calzador.

Luego la pareja, convertida en un tandem letal realizará algún trabajo más, hasta llegar a un final «explosivo«. La historia no hay por donde cogerla. No tiene la menor chispa ni gracia. No hay química entre la pareja protagonista y resulta bastante aburrida. De vez en cuando hay algún tiroteo que ha evitado que me durmiera, muy poquito más. Para mí el cine de acción es otra cosa (la saga Bourne mismo rezuma calidad). El mecánico es una película mediocre como otras tantas. Sed de venganza, también en cartelera, es otra de ellas.