Un toque de canela

Un toque de canela Dirección y guión: Tassos Boulmetis.
País: Grecia.
Año: 2003.
Género: Comedia dramática.
Interpretación: George Corraface (Fanis Iakovides), Ieroklis Michailidis (Savas Iakovides), Tamer Karadagli (Mustafa), Renia Louizidou (Soultana Iakovidou), Basak Köklükaya (Saime), Tassos Bandis (Vassilis), Stelios Mainas (Tío Aimilios), Markos Osse (Fanis niño), Thodoros Exarchos (Doctor).
Producción: Lilly Papadopoulou y Artemis Skouloudi.
Música: Evanthia Reboutsika.
Fotografía: Takis Zervoulakos.
Montaje: George Mavropsaridis.
Dirección artística: Olga Leontiadou.

Es de agradecer tener la oportunidad de ver una película Griega, ya que apenas llega ninguna a nuestras pantallas, ni tampoco se editan muchas en DVD.
Del reparto, el más popular es Georges Corraface, que se hizo muy famoso por su torrida aparición en La pasión Turca.

La película la cual se ha definido como una mezcla entre Cinema Paradiso y Como agua para chocolate, ya nos puede dar unas pistas sobre el trasfondo de la historia, la cual ocurre en Estambul, cuando Fanis, y sus padres son deportados a Grecia y deben dejar Estambul. Fanis es el niño que deja su ciudad, a su abuelo con el que tiene una especial relación y a la niña de la cual está enamorado, la joven Saime.

Un toque de canelaVassilis, el abuelo de Fanis que tiene un establecimiento de alimentación es un enamorado de la cocina, de las especies y como le dice a su nieto, la palabra gastrónomo contiene la palabra astrónomo y llevado a la práctica el niño Fanis una vez sea adulto se convierte en un prestigioso astrónomo que sigue teniendo querencia por la cocina, y los olores evocadores de los sugerentes guisos. Preciosa es la escena en la que en desván, el abuelo le da una lección de gastronomía-astronomía recurriendo a las diferentes funciones de las especies, a las que equipara con los diferentes planetas. Son las postales impregnadas de los olores de las especies las que evocarán los tiempos pasados, el puente entre el ayer y el hoy. O esa canela que en las albondigas ejerce el milagro de que quien las come mira a los ojos al que tiene a su lado, logrando el hermanamiento.

Existe un antes y un después antes de la deportación. Fanis deja Estambul y ya nunca más volverá a ver a su abuelo el cual siempre dice que irá a Grecia a verlos pero al final nunca va, aquejado de una enfermedad. Mientras Fanis se va haciendo mayor siente la llamada de la gastronomía y dedica su tiempo a cocinar para su familia, al tiempo que lo compagina con sus estudios (estupenda la escena del niño vestido de boy-scout cocinando en el burdel)

La historia alterna el tiempo presente con flash-back que nos llevan a los años de juventud y mocedad de Fanis. La película es agradable, emotiva, evocadora, por la cual pululan buena gente, que se reúnen en torno a unos platos bien guisados mientras que van asimilando la realidad social circundante, como si un buen plato de comida fuera la única tabla de salvación a la que aferrarse, el pegamento que une a las familia y las hace estar juntos y en armonía.

En resumen una película muy recomendable, con una estupenda fotografía muy luminosa y vital, con unos personajes humanos y creibles que nos conmueven con sus historias mínimas pero no por ello menos importantes.

Un toque de canela IMDB | Página oficial

Nuestra puntuación

3 comentarios en «Un toque de canela»

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  2. Cada vez que veo Estambul en una película me muero de ganas de ir para allá. Me ha gustado mucho la película. Es tierna y entrañable a partes iguales, cadenciosa como una hoja que cae de un árbol.

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  3. Me gustó la película, un poco sensiblera me pareció. Pero si hay que elegir me quedo con Cinema Paradiso. Eso sí, Estambul se muestra espectacular.

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