Dirección: Agnieszka Wojtowicz-Vosloo
Ayudante de dirección: Yann Sobezynski
Dirección artística: Anu Schwartz
Producción: Brad Michael Gilbert, Bill Perkins, Celine Rattray
Diseño de producción: Ford Wheeler
Guion: Agnieszka Wojtowicz-Vosloo, Paul Vosloo, Jakub Korolczuk
Música: Paul Haslinger
Fotografía: Anastas N. Michos
Montaje; Niven Howie
Vestuario: Luca Mosca
Protagonistas: Christina Ricci, Liam Neeson, Justin Long
Año: 2009
Duración: 104 minutos
After Life, traducida como Más allá de la muerte, es una película de 2009, protagonizada por Liam Neeson y Christina Ricci dirigida por Agnieszka Wojtowicz-Vosloo. Película que supuso su debut. No confundir con otra película del mismo título de Hirokazu Koreeda ni con la serie británica de Ricky Gervais emitida este año.
Al ver la película una constata que ha perdido el tiempo miserablemente. En ese afán por los guionistas por ir dando vueltas de tuerca a las tramas se acaba a menudo habitando el núcleo duro del vacío, porque aquí se marea mucho al espectador, se juega con él para al final demostrar que la directora no tiene nada que contarnos.
Neeson es un enterrador, un trasunto de Caronte, que acompaña a los muertos al más allá, eso en teoría, porque en la práctica se erige como un inquisidor, pues él decide quién vive y quien muere, y los que allá se le presentan sobre la camilla para ser engalanados antes de ser enterrados no están muertos porque éste les inyecta una sustancia que los deja aparentemente muertos. Según él, todos ellos deciden morir, porque en vida solo cagan y mean y además quitan el aire a quien realmente quiere vivir. Este es el busilis de todo el asunto: una MEMEZ mayúscula. Neeson se muestra taciturno, circunspecto, jugando sus cartas de psicólogo, de psicópata. A Ricci la hacen despelotarse sin necesidad alguna. El novio de la difunta no hace otra cosa que poner caretos de pena, es de largo un panoli.
En resumen, After Life inflige un castigo audiovisual de hora y media larga al espectador con solo una pregunta en mente si la difunta lo es o no, algo que queda claro bastante pronto. La puesta en escena es tan plana y carente de emoción que el desenlace acaba siendo lo de menos, imperdonable en una película de estas características, cuya esencia es el suspense, que aquí es suspenso.