Esta serie japonesa de Netflix está siendo una de las más vistas de la plataforma en lo que va de año. Los siempre crÃpticos anuncios de visualizaciones de la plataforma de streming no nos da datos muy certeros, pero sà que se ha colado en las listas de más vistas que Netflix facilita.
La historia es la de unos amigos japoneses, que no se toman muy en serio su vida de adultos y, como en la historia de Alicia en el PaÃs de las Maravillas de Lewis Carroll, se encuentran en una realidad paralela en la que en principio creen que es su mismo Tokio en el que la gente a desaparecido. Poco después se darán cuenta que hay más como ellos y se ven obligados a jugar a unos macabros juegos, entre Escape Room tipo Cube y puzles de Saw urbano. La victoria significa seguir con vida y participar en el juego puede suponer la muerte. Pero la victoria les otorga unos pases por unos dÃas, transcurridos los cueles, unos láser caÃdos del cielo los matan si no consiguen renovarlos jugando de nuevo. Todo un poco retorcido, sÃ, pero entretenido.
El paralelismo con Alicia en el PaÃs de las Maravillas existe, como realidad paralela en el que hay personajes de la historia de Carroll, como el Conejo Blanco, el Sombrerero Loco,… También tiene algo de Lost por lo retorcido de la trama en la que no se saben como han llegado hasta allà y porque me temo que no darán una respuesta lógica a todo lo que sucede. La serie está basada en una novela gráfica coreana del mismo nombre. Desde luego el tema de la supervivencia y el cine japonés nos lleva a referencia a Battle Royale. Otra última referencia es el 28 DÃas Después de Danny Boyle, donde en esta ocasión la ciudad abandonada y con mucha importancia en la trama es un Tokio vacÃo, despoblado y abandonado a la carrera en la que los protagonistas han de sobrevivir.
La trama está contada en fases similares a las fases del duelo o fases del borracho. En la primara, la fase de euforia, ya en el primer capÃtulo, los 3 amigos que se ven metidos en la nueva realidad asimilan lo que les ha ocurrido. Tras sus anodinas y no satisfactorias vidas de acceso a la edad adulta, se ven en un Tokio vacÃo (con su Zara en primer plano y todo) en el que piensan que pueden hacer de todo, pero les dura poco la ilusión.
Entran en la fase de asimilación, donde se hacen cargo de que han de luchar por seguir vivos y la fase de aceptación, sometiéndose a formar parte de ese macabro juego.
Entonces es cuando, por hechos de la trama que no desvelaremos, el prota, Arisu, entra en la fase de depresión, sintiéndose culpable y sin ganas de continuar, siendo rescatado de ella por Usagi, que le devuelve la ilusión por la lucha.
EntrarÃan en otra fase que es la fase de búsqueda, donde luchan, no solo por mantenerse con vida, sino por obtener respuestas y saber lo que pasa, y porqué pasa. No conseguirán obtener las que ellos esperaban, pero sà dan con «La Playa», que les puede dar una vÃa de huida hacia delante, una esperanza para seguir luchando con un objetivo planeado por el sombrerero loco que los domina.
En su reclutamiento por parte de La Playa entran en la fase del caos. Los actos que allà ven y de los que participan va del desfase diario a la participación masiva en juegos, todo por un fin común, conseguir todas las cartas de la baraja que van obteniendo al ganar cada prueba. Creen que asà lograrán salir de allÃ. Es una parte de la trama donde las vÃctimas pasan a ser verdugos y el hombre a ser lobo para el hombre. No es algo nuevo, es un clásico del cine apocalÃptico, donde siempre pasa esto en algún momento, pero no por ello deja de ser interesante.
Por fin llegan a la fase de aceptación, después de pasar por todo lo que han pasado se convencen de que la violencia no es la solución, tener todas las cartas tampoco y aunque creen descubrir algo más sobre quienes están detrás de los juegos, todo queda en suspenso, a la espera de la lucha por las cartas de las figuras del póker. Pero para eso habrá que esperar a la ya confirmada segunda temporada.
En este caso no me parece que el cierre de temporada sea malo, se queda en un punto correcto, cerrada la parte de La Playa y dejando la parte de los crupieres recién abierta como cliffhanger para la continuación en la segunda temporada.
Teniendo en cuenta que fue rodada en 2019, puede que quede mucho para verla.