Un hombre entra a comprar una botella de whisky en una gasolinera y cuando sale, la hija de 14 años ya no está en el vehículo. Será este un hecho que le atormentará de por vida. Mudando su espíritu cazador y dándole a la reserva natural en la que vive y mantiene libre de cazadores, el nombre de su hija desaparecida.
Pasados cinco años aparece una chica adolescente asesinada en un río próximo a la reserva. En estos casos la pregunta obligada es ¿por qué?. La respuesta que aquí se nos da es de lo más peregrina, como tendremos la ocasión de comprobar si aguantamos hasta el final de la película, que presenta numerosos altibajos, resulta inconexa, inconsistente, fallida en su totalidad.
Ni siquiera el paisaje ofrece la posibilidad de una amenaza. Pasan cosas, transcurren las acciones, pero todo queda ahí a ras de suelo. Un thriller muy flojo, basta ver lo perdida que está la actriz Annabelle Wallis durante toda la película.