Mayúscula decepción cuando al finalizar la pelÃcula descubro que el director y guionista de la misma es Juanma Bajo Ulloa, aquel que en su dÃa rodó estupendas pelÃculas como La madre muerta, y Alas de mariposa, o incluso Airbag con la cual este bodrio guarda muchas similitudes. Su anterior pelÃcula, Frágil, tampoco me gustó nada.
Me sorprende cómo en un paÃs como España, en el que desde que amanece apetece hacer el humor, en donde hay brillantes monologuistas, en donde los memes enseguida muestran el talento, el ingenio y el humor de tantos españoles, a la hora de hacer una pelÃcula se obtiene un resultado tan zafio y chabacano como aquÃ: el humor casposo del caca (o zurullos), culo, y pis derivando todo continuamente hacia lo escatológico. Me preguntó en dónde se halla el humor cuando vemos a un tÃo cagando en medio de un prado, meando sobre un escanciador de vino (que formará parte de una cata), o con una pistola metida en el orto o con los continuos comentarios sexuales y sexistas en donde la mujer es un objeto, y todos los comentarios a ella dirigidos son deleznables.
Es muy triste ver a actrices como Rosa MarÃa Sardá, o Charo López participar de semejante engendro de pelÃcula. Al argumento es mejor no prestarle la mÃnima atención porque es un auténtico despropósito, un batiburrillo de sandeces sin sentido, con la monarquÃa en el punto de mira y un par de investigadores (un republicano y un falangista) a punto de jubilarse, que milagrosamente obtienen el caso de su vida, cuando en su establecimiento sito en la ciudad de Vitoria se presenta por allá el rey gitano, al que da vida (no mucha, la verdad), Arturo Valls, secundado por Albert Pla. Qué manera de desaprovechar a dos grandes actores como Elejalde y Manquiña.
Me pregunto qué habrán sentido los actores que han participado en esta pelÃcula cuando la hayan visto, si es que se han dignado a verla.
¿Dónde están las comedias españolas plausibles?