Dirección: Clark Johnson.
País: USA.
Año: 2006.
Duración: 108 min.
Género: Thriller.
Interpretación: Michael Douglas (Pete Garrison), Kiefer Sutherland (David Breckinridge), Eva Longoria (Jill Marin), Kim Basinger (Primera Dama Sarah Ballentine), Martin Donovan (William Montrose), Ritchie Coster, David Rasche (Presidente Ballentine), Kristin Lehman (Cindy Breckinridge), Raynor Scheine (Walter), Chuck Shamata (Director Overbrook).
Guión: George Nolfi; basado en la novela de Gerald Petievich.
Producción: Michael Douglas, Marcy Drogin y Arnon Milchan.
Música: Christophe Beck.
Fotografía: Gabriel Beristain.
Montaje: Cindy Mollo.
Diseño de producción: Andrew McAlpine.
Vestuario: Ellen Mirojnick.
El elenco de la película es de nivel. Kiefer Sutherland, Michael Douglas, Kim Basinger y la «mujer desesperada» Eva Longoria, cuya presencia es irrelevante y prescindible por tanto, pero pasea su menudo y atractivo cuerpo por la pantalla para alborozo de todos sus fan, y son muchos.
Nada nuevo aporta la película que no hayamos visto. En comparación con series como 24, de la que hos hemos dado buena cuenta, por partida doble, con Nostrum y Dave, con los resúmenes de todos los capítulos de su sexta temporada, la película resulta bastante menos vibrante y emocionante que los capítulos de Jack Bauer.
Como un híbrido entre Enémigo Público, Giro inesperado, o El Fugitivo, el guardaespaldas del Presidente de los Estados Unidos, Pete Garrison, (Douglas) es acusado de tramar una conspiración para asesinar al Presidente. Sus devaneos sexuales con la Primera Dama (Basinger), lo pone en el vórtice de la conspiración. En estos casos, un profesional experimentado y avezado como Garrison se buscará la manera de salvar el pellejo e indagar por su busca para poner a los que le quieren colgar el muerto, sobre la pista correcta, como hacía Sandra Bulock en La Red
Los malos son de una ex-república Rusa y el conspirador es uno de los hombres del Presidente. Dilucidar quien es el pértido traidor, no reviste mayor apasionamiento, pues mientras Garrison huye, la película vibra coma las cuerdas de una guitarra y la melodía es voluptuosa. Luego cuando ya saben quien es el malo, y Garrison recupera su crédito, todo se precipita muy rápido, demasiado y llegamos al final de la película en un visto y no visto.
El guión no permite lucimientos actorales, pero para darle vidilla al asunto, entre Garrison y el Investigador David (Sutherland), antaño amigos y luego enemigos irrenconciliables por líos de faldas, hay dispustas y afrentas, enconamientos y desaires, que hace que veamos los dientes al lobo, y las interpretaciones no resulten anodinas, avivadas por sus trifulcas y airados encuentros.
No tiene La sombra de la sospecha nada espectacular ni original que la haga destacar, pero su correcta ejecución y manejo de los elementos comunes en estas películas, un sentido del ritmo bien dosificado, orquestado todo ello con una efectiva banda sonora y una correcta iluminiación hacen de la película un pasatiempo nada cargante ni empalagoso, que no defrauda si uno no espera gran cosa, más allá de pasar una hora y tres cuartos entretenido. La sombra de la sospecha cumple su objetivo.