Lo contrario a la pornografía explícita es el ansia sensual, lo demorado, la tensa espera, los labios anhelados, el cuerpo deseado, el colmarse diferido, el juego de miradas avivando la llama de dos mujeres que se buscan y se encuentran. Una, encargada de retratar (en la Francia de finales del siglo XVIII) a la otra -la cual ha dejado el convento para entregarse a su futuro marido, al que desconoce- primero a escondidas, luego frontalmente; una mirada pictórica que escruta, archiva y posee (cómo no pensar en las palabras de Nahui Olin: cuando poso/ mejoro a quien me mira/ lo vuelvo artista); posesión efímera, una llamarada, un lapso de tiempo en un destino prefijado, amoldado a su condición de mujer. Antaño. Dos grandes actrices: Noémie Merlant, Adèle Haenel cristalizan, y de qué manera, una pasión impensable e imposible. ¿Unos días de felicidad serán capaces de remedar una futura vida desdichada?
La película está disponible en RTVE a la carta.