Sin conocer nada con anterioridad de esta serie, me decidí a verla y la verdad, he quedado gratamente sorprendido. Es entretenida y está bien ambientada. Nada nuevo bajo el sol, pero una serie muy bien llevada.
Lo primero, antes de escribir sobre ella, intenté buscar algo de información sobre dónde se había rodado. La serie transcurre en Galicia, y es increíble lo bien que refleja muchos parajes de la comunidad gallega. Sobre todo destaca Vigo, donde sucede gran parte de la acción, que muestra en toda su grandeza muchos rincones de la ciudad y lugares en ella como el Teatro García Barbón, en una espectacular fiesta, o la Basílica de Santa María de Vigo, donde termina una tremenda persecución por los tejados de la ciudad.
La serie, que está ambientada en los años 40 también muestra las salinas de Ulló, las Islas Cíes, la Virxe da Roca de Baiona, Pontevedra, el puente internacional de Tui, el Monasterio de Oia, entre otros muchos lugares que hacen que la geografía y los lugares de interés de Galicia sean uno de los alicientes de la serie.
Y lo cierto es que me gusta la fotografía de la serie. Es colorida, acorde con los años 40 que se representan muy bien, aunque quizás por aquellos primeros años de postguerra la vida no fuera tan colorista como la representa la protagonista, perteneciente a la alta sociedad. Serían los menos por aquellos años, seguro.
Hablando de protagonista, Aura Garrido, hace un buen papel. Interpreta a Marina Quiroga, de una chica que acorde a los cánones de la época había nacido para un papel secundario, pero que al igual que su hermano quiere ser policía y seguir los pasos de su padre, antiguo comisario, ya fallecido que le enseñó todo sobre su oficio.
Cuando unas prostitutas aparecen muertas con un símbolo de una flor de lis marcado en el pecho, decidirá lanzarse a investigar por su cuenta, ante la ineptitud de la policía y de su propio hermano, a quien acaban de nombrar comisario.
En sus quijotescas andanzas tiene de escudero a Héctor (Jean Reno), que es su mayordomo francés, que la sigue, a veces a regañadientes, pero que tras años de servir a su padre y observar sin ser observado, como buen miembro del servicio, tiene también muchas dotes detectivescas.
La ambientación me ha parecido destacada. Todos los coches antiguos y la recreación de las viviendas, comercios y demás lugares está muy bien realizada. También destacaría el vestuario, que está cuidadísimo.
A este respecto me ha parecido curioso leer algunas opiniones en las que echaban por tierra la serie debido a la mala ambientación por detalles como haber puesto coches de los años 50 cuando estamos en los 40 (¿de verdad algo así te chirría?) o decir la expresión «asesino en serie» que no se hizo «popular» hasta los años 70 (lo estamos viendo en los 2020, ¿no será más fácil para entenderlo nosotros? Me da igual cuando a alguien se le ocurrió decirlo el primero, que además fue en los años 30). Cierto que algunas cosas me llamaron la atención al verla, como tuberías de plástico o contenedores de barco de los modernos de metal, pero esto es ficción. Seguro que más de uno aún se cree que todo ha sucedido en la realidad cuando en una película o serie aparece aquello de «Basado en hechos reales». Ni en los documentales se muestra la realidad «popular» sino el sesgo que de por si tiene cualquier obra artística. Ni el recuerdo es fiel a la realidad al 100%.
Sobre la postguerra también se quejan, seguro que han preguntado de primera mano como era la vida en los 40 de la alta sociedad, espero que no «se hayan documentado» solamente.
A mi me ha gustado como lo recrean todo, incluso diría que se ve dinero metido ahí. Y si lo han hecho como poca pasta, pues mejor de lo pones. No sería la primera vez que algún director o productor nos lo aclara en esta web.
En cuando a la trama, es la clásica «whodunit» que puso sobre la mesa Agatha Christie, de ir cayendo la sospecha de uno a otro de los personajes, que vamos desechando como culpables, pero que vuelven a parecernos los autores del crimen a cada giro de la trama o nueva pista que consiguen encontrar los protagonistas.
Se gastan también un sutil sentido del humor que no llega a caer en el ridículo. Sí que es cierto que el papel un poco sobreactuado de Jean Reno no pega a un actor de su nivel y sorprende que se meta en un fregado así. Y hablando de sobreactuación la madre de la prota a la que interpreta Ángela Molina va un nivel más allá y que sea una malcriada borracha no impide que estemos deseando que salga de la historia cada vez que aparece.
En el resto del reparto destacar a Gorka Otxoa (de nuevo Pagafantas), Pablo Molinero (muy soso), Álex García (otra interpretación que sobra) o un clásico como es Tito Valverde.