Ya vimos lo difícil que fue sacar adelante la película El capitán Trueno y el Santo Grial, adaptación de un cómic que resultó ser un auténtico fracaso. Algo parecido sucedió con Superlópez nuestro héroe patrio.
Un esforzado Dani Rovira da vida a nuestro particular superhéroe que cuando es un bebé es enviado por sus padres desde otra galaxia hacia la Tierra. Él y otra niña, hija de un tirano galáctico, encarnada esta por la actriz Maribel Verdú. El chiquitín arriba en su nave galáctica cayendo en brazos de una pareja sin hijos. Más allá de su espectacular llegada lo único relevante es que el niño tiene bigote, más tarde se irán desvelando sus superpoderes. El entonces niño ya todo un hombre trabaja en una empresa y lleva una vida normal hasta que se le presenta la ocasión, ineludible, de actuar evitando una tragedia en el metro. La película deriva hacia la comedia amorosa pues nuestro superhéroe está pillado hasta las trancas de una compañera de la uni que casualmente entra a trabajar en su empresa.
A la historia le falta fuelle, pegada, y es espectacular en momentos muy determinados, y es cierto que su tono amable seduce pero uno espera mucho más de una película basada en un cómic tan bueno.
Después de verla parece, desgraciadamente, que no queda la puerta abierta a más secuelas que sería lo propio en una saga que tendría muchas alegrías fílmicas que ofrecernos. Pero es lo consecuente, habida cuenta lo mediocre de su resultado.