Dirección: John Stockwell.
País: USA.
Año: 2006.
Duración: 93 min.
Género: Thriller, terror.
Interpretación: Josh Duhamel (Alex Trubituan), Melissa George (Pru Stagler), Olivia Wilde (Bea Trubituan), Desmond Askew (Finn Davies), Beau Garrett (Amy Harrington), Max Brown (Liam Kuller), Agles Steib (Kiko), Miguel Lunardi (Dr. Zamora).
Guión: Michael Arlen Ross.
Producción: John Stockwell, Marc Butan, Scott Steindorff y Bo Zenga.
Música: Paul Haslinger.
Fotografía: Enrique Chediak.
Montaje: Jeff McEvoy.
Diseño de producción: Marlise Storchi
Los Americanos a menudo en sus películas se muestran como gente grosera, maleducada y profundamente ignorante (como cuando viene Leonardo Dicaprio a España y prefiere una hamburguesa y una cocacola a un bocata de jamón de jabugo regado con un vino de Rioja. No está por la labor de probar las delicias locales. Lo mismo sucede con el idioma. Con el inglés tienen bastante así que no se molestan en aprender otro. ¿Para qué?). Aquí un grupo de jóvenes americanos dejan su país, que no el continente, para irse de vacaciones a las latitudes del sur, a Brasil en concreto. Allá esperan gozar de aventuras fuertes. Beber mucho y follar otro tanto con las lugareñas, las cuales tienen el ritmo en el cuerpo, les gusta mover las caderas y son diosas del pecado, de cuerpos infartantes y caderas que son centrifugadoras.
El grupo coge un autobús, el cual está a punto de mandarlos a todos al otro barrio, cuando se va por un terraplén, pero logran salvar el pellejo por los pelos.
Como el siguiente autobús pasará dos días después deciden ir caminando hasta el pueblo más cercano. Cargan las pilas en una playa paradisiaca, donde pueden beber y follar a gusto (aunque sea pagando). En la bebida alguien les ha echado algo, y al día siguiente la resaca del mar se junta con la suya propia y comprueban que les han robado todo: móviles, tarjetas, gorras. La ropa se la han respetado, en parte, así que ellas irán con mínimos bikinis. El director se recrea una y otra vez en los turgentes y bellos cuerpos de las actrices. En la playa los americanos conocen a un chico brasileño que quiere practicar su inglés y el cual les ayudará cuando el grupo llegue a un poblado y se enzarcen en una batalla campal con sus habitantes, tras apedrear a un chiquillo que les ha robado la gorra.
Hay también un doctor, cuyos actos son el «leit motiv» de esta historia, que como un Robin Hood con bata blanca, trata de hacer un mundo más justo, a su manera. Esto es, quitar al que tiene y dárselo a los pobres, que no tienen nada. No se trata solo de quitar las riquezas a los ricos turistas que van a su país, sino también los órganos. Esto implica drogarlos, y mientras están vivos extirparles los riñones y el hígado y donarlos a un hospital de Río de Janeiro. La película brinda emociones fuertes, de contenido gore, como el pincho moruno ocular y una extracción de órganos en vivo, pero se sobrelleva sin que echemos los higadillos. Hubiera sido mucho más contundente si se hubiera ahondado en esa línea más gore, porque al final el derramiento de sangre es un charco de nada, cuando uno espera ver cuerpos amputados, piscinas llenas de cuerpo, litros de sangre inundando las aldeas…
Buena parte de la acción transcurre en unas cuevas, bajo el agua. Pero está muy lejos de lograr la efectividad que consiguió por ejemplo la película «The descent«De los protagonistas poco se puede decir, dado que no interactúan y están ahí simplemente para mostrar sus cuerpos fornidos y curveados, sufrir y buscarse las habichuelas para volver a su país de una pieza. Habrá quien tras verla decide no ir a Brasil, o de hacerlo coger un avión en lugar de un autobús.
Cuando los gringos hablan de las autoridades locales brasileñas, no estaría mal que alguno de ellos tararease la canción de Springsteen, American Skin (41 Shots). En todos los sitios cuecen habas.
con una fregada q no puedo ver la pelicula de los turistas son unos idiotas
Yo me asusté mucho cuando a la chica le extirpan los órganos. Fue muy desagradable. Pero en una peli de Buñuel también le cortaban el ojo a una mujer, y eso ahora es arte. Es todo tan relativo. Creo que las escenas en las cuevas son demasiado largas. Y el cambio que sufre Kiko no queda bien explicitado.
Las brasileñas están de toma pan y moja. La película me gustó. Las mujeres son lindísimas. Con más sangre hubiera sido más macarra, pero gocé viéndola. No sean pendejos.