Yo, Tonya (Craig Gillespie)

Yo, Tonya recrea la singular personalidad de Tonya Hardin, popular patinadora americana en la década de los noventa cuya prometedora carrera se esfumó un buen día cuando su compatriota Nancy Kerrigan sufrió una agresión en la rodilla y todo apuntó a la implicación de Tonya en aquel hecho deleznable. Uno de los muchos atractivos de la película es la subyugante presencia de la actriz que encarna a Tonya, Margot Robbie, una mujer difícil de encasillar que logra gracias al patinaje sacar la cabeza del determinismo natural en el que se venía moviendo, con una madre tirana, un novio maltratador, empleos mal pagados, etc. En el patinaje Tonya acaricia la posibilidad de trascender todo esto y brillar con luz propia, alcanzar la popularidad, haciendo lo mejor que sabe hacer: patinar. Incluye el montaje de este biopic imágenes granuladas que le dan un aire documental.

Película a la que su director Craig Gillespie imprime dinamismo, diversión, hilaridad, energía, contando para ello con un personaje como Tonya que da mucho juego y que resulta en todo momento tan imprevisible como conmovedor, como ese animal herido al que vemos acosado y queremos ayudar aún a riesgo de que nos arree un zarpazo.

¿Hablamos aquí de un triple axel? Sí, sí y sí.

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