The Fare (La tarifa, 2018)

Hemos hablado muchas veces de películas con Viajes en el Tiempo, pero en este caso que nos ocupa, The Fare, el bucle temporal en el que se ve inmerso el protagonista es un poco diferente al habitual, por eso me gusta hablar de ella.

La película se inicia en blanco y negro, con un taxista yendo a recoger a una clienta por un camino polvoriento y desierto. Cuando ya casi cree que es una broma, se encuentra con una bella mujer con la que, a pesar de tener una muy pequeña charla, parece que conecta según se conocen y que sube al taxi.

En un momento dado, cuando ella llega al destino el bucle vuelve al comienzo al subir él la bandera de nuevo. En un principio el taxista no recuerda nada de lo sucedido, reinicia el viaje hacia donde le espera la clienta y todo ocurre casi igual, aunque con pequeñas variaciones. Parece que sabemos lo que está pasando, pero en algún momento parece ser que la clienta sí que recuerda al taxista y entonces él también empieza a tener fogonazos, pequeños recuerdos que hacen que la película pase del blanco y negro al color (me parece un estupendo recurso) hasta que finalmente acaba por recordar cada bucle en el que la recoge.

Como en otras películas del género de bucles temporales, el prota va pasando por diferentes fases de euforia, negación, aceptación, etc. Hay un momento en el que es inevitable preguntarte a donde te lleva la historia, si te llevará a un final absurdo, qie merezca la pena. Bueno, en este caso diré que sí. Cogido por lo pelos, pero con mucho sentido. Hasta aquí es lo que se puede contar sin SPOILERS. Si te gustan las películas de viajes en el tiempo y bucles temporales, puedes verla.

Dentro del taxi de the fare

Se trata de una película casi teatral, con un único escenario, el taxi, y 2 personajes, el taxista y su pasajera casi el 100% del tiempo. Se van preguntando cosas de la vida, juegan a caso, folla, mata (versión en español del fuck marry, kill, juego anglosajón que no se lleva mucho por tierras españolas) y sabemos que ella sabe algo que él no, pero no se nos explica nada. Aún así, por la intriga del qué pasará te engancha, aunque creo que esta historia sería genial para un corto, sobra mucha morralla de charla entre ellos bucle tras bucle.

A PARTIR DE AQUÍ SPOILER, NO SIGAS SIN VERLA

El caso es que al final de la película se nos explica lo sucedido, quién es realmente el taxista y quien es la chica, y también el «jefe» que le habla por la radio del taxi.

La voy a explicar por si alguien no la ha entendido. Como decía antes, está algo cogida por los pelos, pero tiene su originalidad.

Empezando por el principio, el hombre que le habla por la radio del taxi es el mismísimo Satanás desde el infierno y ella es su mujer, Penny.

La mujer todos los años se coge unos días de vacaciones y se baja al mundo terrenal a pasarlo bien. En una de estas conoce al taxista, Harris, con el que entabla una relación. El marido, el demonio, se entera y entonces le condena a él a ser su taxista para toda la eternidad. Le convierte en Caronte, el barquero que conduce las almas del mundo terrenal al inframundo y le condena además a no recordar cada viaje que da.

A ella parece que no le hace nada, es lo que tienen las relaciones abiertas y le deja seguir haciendo sus escapaditas temporales y claro, como Harris es el único que le puede devolver al infierno, se van viendo cada cierto tiempo, que al principio él no recuerda, pero, lo que es el amor, empieza a recordar. Así cada bucle en el que parece que pasa lo mismo realmente es cada viaje que le hace de la Tierra al Infierno.

Cada vez él va recordando más y así al final vemos sin entender muy bien aún lo que pasa , pero intuyéndolo, como se empieza a subir al taxi gente de lo más rara y con conversaciones surrealistas. Por cierto, la mayor parte de esos pasajeros son miembros del equipo técnico, incluido cameo del director, DC Hamilton.

Es al final cuando desde la radio su jefe le explica lo sucedido, que él ya ha recordado en gran parte y asistimos a ver como su condena parece agravarse por culpa de recordar lo que sucede.

Merece la pena por su originalidad y simpleza (se rodó en 6 días), pero podía haber ido más al grano y dejar las 2 horas de duración en una o en media y ganaría en ritmo.

Nuestra puntuación

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