Tiburón (Steven Spielberg, 1975)

Es curioso que ayer me decidiera por ver este clásico en Filmin y que en estos momentos lo estén emitiendo en La 2 de TVE, pero así es, las casualidades existen.

Y si todavía estáis a tiempo de verla, os lo aconsejo, porque Tiburón es uno de esos clásicos que han envejecido de muy buena forma (como Raffaella Carrá que nos acaba de dejar) y que se puede seguir viendo disfrutando de su puesta en escena.

Quizás es de esas películas que cambió un género, el de terror, y más concretamente el de animales que aterrorizan, monstruos naturales que dan tanto pavor como los antinaturales que nos presentan otras películas igual de terroríficas.

Se dice que a partir de esta película los tiburones cogieron una fama que quizás no merecen, no mueren tantas personas atacados por ellos. De hecho son raros los ataques. Pero cuando Steven Spielberg se pone a meternos miedo, lo consigue a base de bien. Véase también la frenética persecución de El diablo sobre ruedas.

La película tiene dos claras partes. La primera en que al tiburón no lo vemos pero sí sus ataques, donde se pergeña toda esa psicosis en la tranquila población isleña en donde el tiburón se ha dejado caer. La lucha entre las fuerzas vivas del pueblo, el jefe de policía y el alcalde, y como los intereses financieros priman sobre la seguridad, es algo que sigue, desde aquellos años, hablamos de 1975, hasta el día de hoy de plena actualidad.

La estructura me recuerda a la de La chaqueta metálica. En la segunda parte van a la guerra. Los tres protagonistas se embarcan en la «Orca» para dar caza y matar al terrible escualo que acosa sus costas. Es otra película distinta, donde no se pierde la tensión pero empezamos a ver al gran tiburón blanco. El terror se hace carne y va a por ellos con la misma vehemencia que lo hacen ellos. El duelo está servido.

En esa segunda parte saltan chispas del duelo interpretativo y de caracteres entre los personajes de Richard Dreyfuss y Robert Saw. Cuentan que el mal royo entre los actores es lo que vemos reflejado tan bien en sus personajes y el rodaje entre ambos fue bastante tenso. No sé si será cierto, pero desde luego se palpa entre ellos la tensión.

Roy Scheider y el tiburón

Y como tercer hombre y verdadero protagonista está Roy Scheider, que interpreta al jefe de policía que en busca de tranquilidad ha llegado a un pacífico pueblo pero que se encuentra por fin con algo de acción, que por un lado no quería, pero por otro le saca de las minucias que ocurren en su día a día y con las que los vecinos, al inicio de la película le acosan.

Vale que alguno me dirá que ese robótico tiburón de movimientos articulados puede no resultar creíble en algunas escenas, pero en general a mi me sigue poniendo en tensión.

Una curiosidad, si os fijáis cuando están los 3 en el barco y está anocheciendo, se ven el cielo unas extrañas luces. Fenómenos extraños en la película que pueden ser guiños a Encuentros en la tercera fase que después filmaría Spielberg, coincidencias o vete tú a saber qué. No he encontrado mucha información sobre los fenómenos luminosos que se pueden ver 2 veces.

Nuestra puntuación

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