Palm Springs (Max Barbakow, 2020)

Palm Springs es una película que ha de vivir obligatoriamente bajo la sombra de Atrapado en el Tiempo (aka El día de la Marmota), para lo bueno y para lo malo. La premisa de partida es la misma. Un tipo un tanto desprendido del mundo que está atrapado en el mismo día una y otra vez, una y otra vez y lo sigue reviviendo y viviendo en él, puliéndolo, dándole vueltas, pero sin acabar de encontrarle sentido.

A diferencia de su predecesora, en este caso el hecho de quedarse atrapado es por haber entrado en una cueva en mitad del desierto, que sale a la luz tras un terremoto en la zona. Este hecho causa/efecto, aporta a la trama una variable nueva, y es que cuando el prota «arrastra» a la cueva, queriendo o sin querer, a otros personajes, estos quedan atrapados también en el bucle temporal.

Así, el descreído Nyles (Andy Samberg) encuentra la horma de su zapato y llega a vivir su aventura diaria junto a su alma gemela, Sarah (Cristin Milioti), una mujer no tan dada a vivir sin más y que causará nuevos efectos en la llevadera y plana vida de Nyles.

Como contrapunto está Roy, un tipo que aparece de vez en cuando queriendo matar a Nyles… pero para eso tendréis que ver la película.

Lo malo de esta historia es que no se acaba de decidir entre lo trágico o lo cómico. En otras películas del género de viajes en el tiempo o de bucles temporales prima la comedia (Atrapado en el Tiempo, Regreso al Futuro, FAQ sobre Viajes en el Tiempo), el drama (Serie Dark, Tenet, Predestination), el amor (Efecto Mariposa) la acción (Looper), la tecnología (See you yesterday, Prime),… aquí hay un poco de todo, sin profundizar en ningún género, lo que no siempre es bueno, pero que en este caso te deja con las ganas de que se venga la avalancha hacia un lado u otro.

Sí, para muchos la historia de amor será lo que predomine, pero siempre parece que va a entrar la parte filosófica, incluso la técnica, no se abandona nunca ese pequeño halo de comedia, en ocasiones tragi-comedia,… pero como digo, no acaba de explotar (perdón por el Spoiler).

Pese a esto no es una mala película, cumple con lo esperado, tenemos a unos personajes bien dibujados en su desdibujación (exista o no la palabra), que se ponen en una situación extrema, y esto, si funciona, como es el caso, siempre es un aliciente. A pesar de que sean inevitables las comparaciones, tiene una buena dosis de originalidad y no es previsible.

Entre los temas que se tratan está el tirón de orejas que se le da a la familia o el matrimonio, ya que la acción transcurre en el día de la boda de la hermana de la protagonista. Hay unos cuantos discursos sobre la familia, el matrimonio, la vida y todas estas cosas que se vienen a la mente cuando hay una celebración.

En las interpretaciones, destacar al protagonista Andy Samberg, que no se deja llevar al histrionismo, lo que le daría mucho menos categoría pero que no acaba de convencer en las partes más trágicas. Aún así consiguió en su momento una nominación al Globo de Oro como mejor actor de comedia. También fue la propia película, aunque ninguno de los 2 ganó. En ambas categorías fue doblegada por la secuela de Borat y el propio Sacha Baron Cohen. Eso sí que es una tragedia.

La protagonista femenina es Cristin Milioti, a quien muchos recordarán como (SPOILER) «la madre» de Cómo conocí a vuestra madre y hace una interpretación muy sobria sin llegar a destacar, pero ciertamente correcta para el devenir de la historia. Hay también un par de rostros y nombres muy conocidos en papeles muy pequeños, J.K. Simmons y Peter Gallagher.

Es el debut en la dirección de Max Barbakow, que no parece que vaya a estar entre los grandes, ya que hace un trabajo que no se sale de lo correcto. Además el guión es también suyo, y hay que decirlo, es un buen guión que acomoda la historia de forma magistral saliéndose de tópicos y manteniendo el interés.

En resumen, es entretenimiento, para pensar un poco sobre el sentido de la vida, dejarnos un rato con una sonrisilla incómoda en la cara y disfrutar con algo que se sale de lo típico. Recomendable.

Nuestra puntuación

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